El día 02 de mayo llego el momento de decorar nuestras
mascaras. Días previos a esta clase me dedique a buscar materiales que pudieran
ayudarme a la decoración. En esta búsqueda de materiales encontré muchos
accesorios que podrían ser óptimos para esta mascara y para el desarrollo de la
clase.
Llegamos a la sala y la profesora Erna luego de hacer la
introducción a la clase, dejo a nuestra disposición una serie de materiales y
accesorios que nos podrían ayudar para finalizar nuestro trabajo.
Fuimos a buscar nuestras
máscaras que se encontraban guardadas en el cuarto de la sala, una vez que me
encontraba con la máscara en mi mano me pregunté: “¿Cómo la voy a decorar?”,
pero no tenía una respuesta clara. Después de pensar bastante acerca de esto
seguía sin saber qué hacer, ni siquiera sabía cómo comenzar. Y me puse a pensar
qué cosas me gusta hacer, qué cosas me llaman la atención y cuáles son las
cosas que me hacen sentir feliz. De todas estas respuestas saque una conclusión:
me encanta la naturaleza y disfrutar de ella, razón por la cual pinte mi
máscara con un gran paisaje que tiene un gran valor sentimental. Pero no era cualquier
paisaje, sino uno que está estrechamente relacionado con mi pasado y mi vida en
general, con el cual me siento plenamente identificada. Se trata de un lugar
muy característico del lugar en donde nací y en el cual me crie y crecí.
Me divertí mucho en esta
clase, era una mezcla entre creatividad y entretención en donde reinaba la
alegría y el compañerismo.
Lo primero que hice fue perfeccionar
mi máscara aplicando pasta mucho y lijándola posteriormente para que no quedara
con poros y para remarcar los rasgos de la cara. Cuando ya terminé este
proceso espere que se secara la pasta muro. Comencé por el fondo, luego
delimite el cielo y finalmente empecé con la pintura, a decir verdad se mi hizo
muy difícil trabajar con tempera (Estaba muy acostumbrada a trabajar con
óleos).
Con mis compañeros
compartimos nuestros materiales y accesorios, fue un trabajo muy colectivo en
donde nos ayudamos los unos con los otros. Creo que eso fue una de las mejores
cosas de la clase. Se notaban todos muy felices y estaban muy concentrados en
la decoración de sus mascaras.
Las mascaras estaban
quedando todas muy bonitas, habían de todos colores, de todas las formas, con
muchas dibujos, muchas figuras, diversos accesorios. Definitivamente era una
representación de cada uno de nosotros y es ahí donde nos damos cuenta lo
distinto que podemos llegar a ser unos de otros, o las tantas cosas que podemos
tener en común.
Y así concluyo la clase,
aunque como yo, no todos terminaron de decorar su máscara, razón por la cual
tuvimos la posibilidad de llevarla para nuestra casa, para darle los últimos
toque y poder así terminarla.
Al final de la clase
devolvimos los materiales a la profesora y en conjunto ayudamos a dejar la sala
ordenada y limpia.
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